martes, 28 de octubre de 2008

¿quieres ser una gallina?

La influencia de los demás en nosotrosHubo un indio guerrero que encontró un huevo de águila en la cima de una montaña y puso éste huevo de águila junto con los huevos que iban a ser empollados por una gallina. Cuando el tiempo llegó, los pollitos salieron del cascarón, y la pequeña águila también. Después de un tiempo, ella aprendió a cacarear como las gallinas, a escarbar la tierra, a buscar lombrices, limitándose a subir a las ramas más bajas de los árboles, exactamente como todas las otras gallinas. Y su vida transcurría en la conciencia de que era una gallina. Un día, ya vieja, el águila terminó mirando el cielo y tuvo una visión magnífica. Allá, en el azul claro, un pájaro majestuoso volaba en el cielo abierto, como si no necesitase hacer el más mínimo esfuerzo. El águila vieja quedó impresionada. Se volvió hacia la gallina más próxima y dijo: "¿Qué pájaro es aquél?"La gallina miró hacia arriba y respondió: "¡Ah! Es el águila dorada, reina de los cielos. Pero no pienses en ella. Tu y yo somos de aquí abajo". Y el águila no miró nunca más hacia arriba y murió en la conciencia de que era una gallina. De esa manera, como todo el mundo la trataba, de esa manera creció, vivió, murió.
Texto de Anthony de Mello en Rompe el ídolo

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