viernes, 26 de junio de 2009

Ensayo periodo de 1867-1910 desarrollo historico de México

Introducción
El presente ensayo pretende abarcar un periodo bastante extenso de la historia de México que va de la reforma al porfiriato; por ser un trabajo evidentemente pedagógico abarcaremos un orden cronológico para el desarrollo del mismo, tratando de dilucidar el problema educativo, desde diferentes puntos de vista con la finalidad de demostrar las diferentes aristas del problema, guiando el análisis con las cinco líneas temáticas que son las finalidades la función social y la importancia de la educación en la niñez; los contenidos los recursos didácticos y las practicas educativas; el pensamiento pedagógico mexicano y la constitución de la profesión docente, combinando la mirada a la historia y el desarrollo social del pueblo, mexicano sin perder de vista las condiciones del momento actual, en que el desarrolla el trabajo y estudio docente lo cual nos permite desarrollar una conciencia comprometida con la tarea de ser un maestro con profundas raíces del magisterio.
Es importante destacar que tanto la reforma como el porfiriato son dos periodos importantes en el desarrollo histórico de México porque es en la reforma donde inicia la vida independiente de México como país, es decir se gesta el carácter liberar y democrático que se verá consolidado con las ideas de la revolución de 1917.
Por lo que respecta al porfiriato con las contradicciones históricas inherentes al mismo cabe señalar que es en este periodo donde la ideología positivista ejercía un gran impulso para desarrollar el sistema educativo nacional que hoy día tenemos, porque juzgar al General Díaz por algunas acciones equivocadas sin mirar a los aciertos, aparte de ser una falta de objetividad seria traicionar al liberal de Tuxtepec.
Espero que éste trabajo que representa el esfuerzo realizado en el último bloque del curso educación en el desarrollo histórico de México I, y bajo la dirección de nuestra maestra Ma. Elena Poblete Palma sirva al lector para comprender mejor el desarrollo educativo en México durante la reforma y porfiriato.






PROPÓSITOS
Una de las metas que pretende un ensayo es realizar un estudio exhaustivo de un tema, el presente ensayo tiene como finalidad exponer el desarrollo de la educación durante la reforma y el porfiriato.
Otro propósito importante es valorar las dos etapas históricas de la vida educativa del país, y que estas dos etapas, reforma y porfiriato, son importantes en la formación del México actual y no se puede entender el por qué del sistema educativo sin remitirnos al estudio de ese pasado.
Como se verá en el desarrollo del trabajo, es el periodo de reforma y porfiriato, donde surgen los principios filosóficos del actual sistema educativo mexicano, por lo que se refiere ha estas etapas de la educación cuando surge la profesión de maestros en la escuela normal y el gremio de los mismos, por último es de suma importancia aprovechar la oportunidad que nos brindan los profesores para la crítica y reflexión del sistema educativo, porque solo con la elaboración de ensayos aprenderemos a analizar en retrospectiva la educación en México y estaremos preparándonos dentro de la modernidad y globalización de nuestro entorno mundial.














DESARROLLO
Conocemos como reforma el periodo de gobierno de Benito Juárez, éste de origen zapoteco, quedo huérfano a los tres años por lo que pasó a la tutela de su tío; él de profundas ideas liberales tiende lazos amistosos con Melchor Ocampo, Mata, Arriaga y Montenegro, Juárez ascendió a la presidencia estableciendo gobierno en Veracruz en 1858 y falleciendo en 1872 aun siendo presidente, en lo que respecta a Porfirio Díaz se vincula con Juárez durante su incursión en la batalla de puebla.
En 1867 se postula como candidato a la presidencia perdiendo frente a la reelección de Juárez, por un tiempo se retira y regresa bajo el plan de Tuxtepec y es en 1877 cuando es designado presidente hasta inicios de la revolución.
Considerando las lecturas abarcadas en el bloque IV de la asignatura educación en el desarrollo histórico de México I, el cual abarca del periodo de 1867 a 1910 y es en esta época donde destacan grandes educadores como: Ignacio Manuel Altamirano y el maestro positivista Justo Sierra Méndez.
El maestro Altamirano de origen indígena es el modelo del intelectual del siglo XIX sabedor a fondo de literatura, educación, periodismo, derecho, etc. colaborador en diversos periódicos y revistas, escribía editoriales que influían en la opinión pública de su tiempo, en sus discursos exponía la coyuntura política donde afloraba a todo lo que significaba Francia y el orbe latino. Al referirnos a Altamirano debemos de pensar en un gran liberal.
Por lo que se refiere al maestro Justo Sierra fue un seguidor de las ideas conservadoras, sin embargo su influencia en la educación fue notable ya que repercutió incluso en la universidad de México, donde un auditorio lleva su nombre, demostrando con ello su influencia positivista en el siglo XIX.
Adentrándonos en las lecturas y con base a su análisis de las mismas puedo criticar que en la lectura de “Principio de la instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria” Ignacio Manuel Altamirano nos brinda un semblante educacional desde su perspectiva, influenciado por el liberalismo francés y las profundas raíces indígenas que tenían, ello le permitió conocer y reconocer que la escuela antes que otra cosa tiene una función social para con el pueblo de México, teniendo en esta instrucción pública al único medio de encaminar a los mexicanos hacia la prosperidad, como hoy día en aquel momento podemos distinguir dos amplios grupos de familias, los ricos y los pobres, unos con todas las posibilidades de brindar a sus hijos una educación y otro grupo de pobres, donde la principal preocupación era el alimento. La gente bien acomodada se ajustaba a las ideas positivistas del maestro Justo Sierra, que atreves de Herbert Spencer decía “la ignorancia es la causa del crimen” (sierra Justo, Obras completas, Tomo VIII, 1999:52”) y sólo la educación mejorará las acciones de la gente; de ahí que le diera suma importancia a la obediencia, para adoctrinar a la gente; Ignacio Manuel Altamirano y otros intelectuales decimonónicos, pugnaron por la educación lógica gratuita y obligatoria, la cual quedaría sistematizada en la constitución de 1917 y que hoy en día nos rige.
En la época de la reforma todavía existían resabios coloniales en la educación a pesar de que el sufragio popular era la base del sistema representativo democrático. Cabe destacar también el enorme rezago en que se encontraba la educación básica, en este apartado es conveniente señalar que incluso hoy día no está erradicado el analfabetismo en México.
La práctica educativa desde la perspectiva de Altamirano debía preparar a la niñez para su superación, en eso coincide el maestro Justo Sierra quien propone que sea la educación el elemento motivador del cambio del individuo para que tienda a mejorar y por tanto aun mayor bienestar social.
El maestro Altamirano es un icono de la investigación pedagógica y científica, que a partir de la constitución del 57 experimento un gran auge. Por lo que refiere a la profesión del docente, tanto la imagen del liberal Altamirano, como la del positivista Sierra Méndez influyen evidentemente en la formación de los educadores; la educación moralizada que propone el maestro Justo Sierra, contrasta con el pensamiento liberal del maestro Altamirano. Cebe mencionar que a esta época corresponde la fundación de la normal de puebla y casi para cerrar el siglo XIX la normal de profesores de Toluca; en lo que respecta a educación superior la influencia del maestro Justo Sierra es innegable.
En la lectura “Escuela del campo” del liberal Ignacio Manuel Altamirano, encontremos importantes puntos de acuerdo a las finalidades la función social e importancia de la educación en la niñez, cabe señalar que la trascendencia que le daban a la educación de la raza indígena, para propiciar un mejor nivel de vida eran muy importante, sin embargo al no haber en aquel momento unidad del idioma, provocaba ello un déficit en la enseñanza indígena, los liberales tenían la firme convicción que sólo una mejora de instrucción les proporcionaría una mejor vida futura, de allí que algunos pensaran en la importancia de educar a la clase baja, para que accedieran a una vida mejor.
La labor de la escuela rural mexicana durante la reforma fue muy importante ya que se encuentran allí las raíces del pensamiento pedagógico, pilares como I. Manuel Altamirano, Rébsamen, Torres Quintero, el Doctor Mora, etc. Los cuales presentaban a la escuela como una institución educativa sin embargo veían a la instrucción como insuficiente.
En lo que respecta a los contenidos didácticos y prácticas educativas, cabe mencionar que el maestro domina los contenidos básicos, como eran el idioma, lectoescritura y calculo; algunas escuelas en las ciudades tenían edificios aunque descuidados equipados, en cambio en la zona rural existían escuelas precarias e incluso improvisadas con techos de teja, poca ventilación, sin luz eléctrica, ni sanitarios etc.
El maestro durante esta época fue una persona mal pagada, proclive a la obediencia de los demás líderes del pueblo: cura, alcalde etc. Como hoy día suele suceder en muchas comunidades del interior de la república o hasta capitales de estado, donde lideres magisteriales se venden con el gobierno en turno cambiando la libertad magisterial por prebendas políticas, cantidades enormes de dinero, o hasta pisos en Nueva York.
Existe desde su nacimiento una diferencia económica muy grande entre el maestro rural y el maestro citadino y peor aun entre el maestro bilingüe-bicultural (indígena) y el maestro capitalino; es en ésta época de reforma, cuando las raíces de miseria económica en la profesión docente surgen, por lo que los docentes son vistos de soslayo, por los sacerdotes, licenciados y hasta lideres agrarios, aunque el pueblo los tuviera en gran estima y los respetara por sus amplios conocimientos, en diferentes aspectos de la vida cotidiana, a pesar de todo ello, corresponde a ésta época, la gran tarea educativa que se dio a todo el territorio mexicano.
Ignacio Manuel Altamirano en la lectura “El maestro de escuela” nos menciona “si la república triunfar, la enseñanza se elevaría, mejorando la condición de las personas para ingresar a la escuela y por supuesto la suerte de los maestros” (Isidro Castillo, obras completas XVI, 1989:98), ya que en aquel momento demasiados maestros, sobretodo rurales, recibían su pago en especie (casa, comida y sustento) por el Alcalde del pueblo.
En este periodo es importante mencionar la intención laica del estado para lograr la separación de la religión y la enseñanza, es decir los contenidos didácticos se fueron separando de los contenidos religiosos, sin embargo, la tiranía religiosa continúa acechando la educación, ya que en la mayoría de las escuelas para la gente rica el que tiene la última palabra es el clero; con la intervención de la escuela lancasteriana, se extiende la labor educativa, la utilización de monitores permitía la enseñanza extensiva, así mismo la utilización de lecturas de autores liberales como Ignacio Manuel Altamirano, permiten un conocimiento más amplio.
Ignacio Manuel Altamirano modelo pedagógico por excelencia de esta época, expresa claramente la importa de la educación, cuando el la lectura “La escuela en 1870” dice “…la república levanta…la reforma comienza…laboriosa es la empresa… sino queremos ver ruina convertida de nuevo en baluarte en trono del fanatismo, encadenado hoy pero no muerto” (Ignacio Manuel Altamirano, Obras completas XV, Tomo I, 1989: 61) exalta su carácter liberal el rechazar a la iglesia, su afanosa tarea como escritor es innegable y va acompañado de la critica liberal.
Otro gran pensador de la época es Joaquín Fernández de Lizardi, autor del “Periquillo Sarmiento” y conocido como el pensador mexicano, escritor que se atreve a cuestionar la sociedad clasista y desigual de aquel momento, pero es sin duda Altamirano el más grande escritor y critico de la época.
La dureza de la educación colonial que logra trascender hasta la reforma e incluso se deja ver en la siguiente frase “la letra con sangre entra” (ibídem. 262) hasta nuestros días en algún nivel educativo por los que ya hemos pasado la mayoría de nosotros, seremos capaces de recordar algún maestro de Jardín de niños, Primaria, Secundaria, Preparatoria e incluso profesional, como el más claro candidato a verdugo por aquello de la letra con sangre entra; obviamente nosotros como futuros docentes sabemos que es una gran mentira acuñada por la ideología dominante, en perjuicio de las clases pobres, desposeídas y mal-educadas entendiendo por mala educación aquella que imparte el estado.
Paso el periodo de la reforma inicia otro muy largo llamado porfiriato el cual mencionamos al inicio del presente ensayo que abarca de 1877-1910 en este periodo se lleva a cabo el Congreso Higiénico Pedagógico, el 21 de Enero 1882, pretendían transformar a las generaciones, para que tuvieran vigor y conocimiento, así como las condiciones en que debe estar la escuela, su entorno y el mobiliario; el introducir el interés por la higiene escolar en su más amplia extensión durante el porfiriato, donde la educación positivista es la más importante, significa un paso adelante en las condiciones de salubridad y seguridad para los alumnos, porque no sólo se toma en cuenta la higiene personal del alumno, sino las condiciones generales de vivienda e instalaciones educativas que permitan la calidad de sanidad del alumno y su entorno.
El porfiriato al igual que la reforma, requiere de un punto de análisis en el aspecto educativo, ya que es en esta época donde se logra la organización administrativa de la educación y se establece de manera puntual el ministerio de la educación, surgen las primeras escuelas normales, así como las asociaciones de maestros. La primera Escuela Normal del Estado de México nace en la última década de 1800, bajo el régimen porfirista, la cual se instalo en Toluca, siendo ésta la actual Escuela Normal No. 2 de Profesores; esto nos permite vincularnos con el pasado de una manera material, obviamente las prácticas educativas que se dieron en esas centenarias instituciones, formadoras de maestros fueron de corte positivista.
“Durante el porfiriato se hicieron varias leyes de instrucción pública, en su mayoría muy defectuosas, ya que en ellas dominaba el espíritu burocrático de crear cursos que abrumaban a los estudiantes, con el objeto de crear sueldos a los amigos” (Francisco Bulnes, El verdadero Díaz de la revolución, 1979:98) nada más cercano al momento actual que estamos viviendo donde se limitan los recursos a la educación pública y se beneficia a los amigos del presidente en poder.
Por lo que respecta a las escuelas básicas es durante este periodo del porfiriato que se logran unificar algunos de los planes programas de estudio tanto en nivel primaria como en normal, lo cual considero que fue de gran trascendencia para la educación en México y la igualdad de oportunidades.
La profesión docente exigió la ostentación de un titulo o licencia para obtener un cargo de profesor, lo que contribuyo al fortalecimiento de la profesión docente y al realcé de la misma, una de las Normales más destacadas fue la de Veracruz, donde Rébsamen tendría gran influencia.
Debido a la tradición de entrega a la enseñanza de la cual contaban los profesores desde la reforma es en el porfiriato donde logran consolidarse como un grupo de gran influencia.
Durante el porfiriato surgen como ya se ha mencionado las primeras escuelas normales como “La Lancasteriana en 1823 que fue cerrada por falta de estudiantes” (Luz Elena Galván Terrazas, En la construcción de una historia. Educación y educadores durante el porfiriato, 1821: 176), dada la situación económica de México si no veinte años más tarde fundad la primera escuela normal en San Luis Potosí, con lo que la educación que se impartió fue de corte positivista dando mayor importancia a la paz, orden y progreso.; la admiración de la cultura Francesa y sus ideas se traslado a los colegios de México tanto en su estructura arquitectónica como en sus planes y programas de estudio, para comprobar lo primero podemos ver como ya se ha mencionado el edificio de la primera normal del estado de México.
La ley de 1888 es decir a finales del porfiriato permite que los alumnos estudien en su casa y posteriormente se logren certificar mediante un examen tal y como ocurre hoy día con los estudios de secundaria, preparatoria y licenciatura donde la SEP acredita mediante un examen el grado académico del postulante al igual que se previa con la ya mencionada ley, es durante esta época que se lleva a cabo el congreso higiénico pedagógico de 1882 ya antes citado.
Hacia 1889 Joaquín Baranda convoca a un congreso de educación que por la amplitud de niveles y asuntos obligo a un congreso en 1890, como consecuencia a ello se decreto la apertura de escuelas normales en toda la republica; se propuso también como objetivo el amor a la patria y a sus instituciones y se siguió apoyando la escuela rural así como la indígena.
De igual forma durante esta época se impulsan las escuelas de arte y oficio para las mujeres; en este marco “Matilde Montoya es la primera medica, María Sandoval la primera Abogada” etc., con ello la mujer escala nuevos peldaños y se le es considerada con respeto y admiración ya que la mayoría estudiaba carreras cortas o nada; cabe destacar que durante el porfiriato que la mayoría de las mujeres se dedicaba al magisterio.
El gremio de maestros inicio su lucha durante esta época del porfiriato haciendo diversas peticiones como solicitar libros, ropa, jubilaciones, licencias de trabajo aumentos de salarios, mejora en la formación de maestros, durante el porfiriato se atendió la educación en las ciudades y en el campo tratando de dar respuesta a éstas peticiones aunque los mejores maestros estaban en las ciudades y los menos aventajados estaban en el campo, mediante la unificación de los ya mencionados planes y programas se pretendía también la sistematización del país bajo la idea de progreso y la paz, es por tanto una de las finalidades de la época, la unidad del sistema educativo y surge la necesidad de extender por lo menos la educación básica por todo el país.
En las ideas positivistas de orden trabajo y progreso se pensó que la educación haría que el país desarrollara un sentimiento nacionalista disminuyeran los índices de criminalidad y de miseria además de que surgiera el progreso de México.
El ya mencionado Profesor Justo Sierra Méndez, que impulso la escuela positivista en la UNAM, también es en éste mismo periodo cuando la instrucción cívica y la historia toman importancia en la educación; así mismo surge la profesión de maestras como la más valorada a pesar de los bajos salarios que se percibe, es allí donde podemos observar a vocación de ser maestro y la ética de los mismos; sin embargo desde aquel momento algunos maestros “abandonaron el magisterio y se dedicaron a otra actividad” (Ibídem. 325), tal como suele suceder hoy en día donde encontramos maestros como choferes, vendedores, operarios, etc.
Es innegable la importancia que tuvo el porfiriato en el surgimiento de las normales, como escuelas formadoras de maestros, así mismo en esta época se sistematizado la formación de docentes y se consolido la profesión magisterial, como una carrera de segunda, por los bajos salarios percibidos, teniendo mayor importancia carreras como: medicina o derecho, aunado a ello el origen humilde de los profesores y esto creó en ello una conciencia de clases la cual propicio que se identificaran con las ideas revolucionarias.
Fue de capital importancia la creación de la Secretaria de instrucción pública y la Escuela de Bellas Artes que durante el porfiriato, pasaría a ser el ministerio de educación del cual dependían escuelas normales y primarias.
La participación de los maestros en 1910 es innegable agrupados y conocidos como reyistas los acusaban de instigar a la revolución, “el profesor Esteban Vara Calderón, quien era muy revoltoso” (ibídem. 326) gracias a la interacción estrecha de los profesores en sus comunidades, éstos ayudaron al pueblo durante la revolución a lado de Madero, Carranza, Villa, Obregón y Zapata siempre abra un maestro, como hoy día los hay en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán e incluso en la sección conurbada de DF.
Es durante los últimos años del porfiriato, cuando las clases medias y media bajas pudieron acceder a la educación, cabe mencionar que es también en esta época donde se impulsa la educación del sexo femenino; en cuanto a la educación rural ésta se vio extendida, pero su calidad en su mayoría fue limitada, ya que podemos ver claramente en el porfiriato la educación de segunda en la zona rural y educación de “primera” en las zonas urbanas y aun más educación elitista para los de la clase rica, en las escuelas privadas sólo asistía la pequeña elite adinerada, lo cual lo podemos ver reflejado hoy en día y respecto a la organización según su sexo había escuelas para varones y para mujeres por separado, siendo sólo pocas las escuelas de ambos sexos, cabe mencionar que hasta épocas recientes 20 o 30 años atrás hubo escuelas separadas, es decir para arones y mujeres, aquí en Toluca (experiencia narrada).
Los contenidos educativos durante el porfiriato fueron normados, por la ideología positivista y los congresos pedagógicos, donde se trató de dar un orden nacional a la educación, sin embargo había escuelas en las haciendas y rancherías, por lo que se demuestra cómo hasta hoy día que existen las leyes, sin embargo que se lleve que ese “cumpla” es otra cosa.
Durante el porfiriato, como ya se ha venido diciendo, se le dio gran importancia a educación como camino único para el asenso social, Francisco Bulnes y el positivista ortodoxo Agustín Aragón, decían que “mientras no se repartiera la tierra, se aumentaran los jornales de los campesinos, la educación sólo fomentara el conformismo social” (Bazant Milada, Los números favorecen las minorías, 1995:81) podemos darnos cuenta que la relación que hay entre la riqueza de un estado y calidad educativa es muy estrecha; en las ideas de Bulnes, Emilio Barbosa y Francisco Cosmes se vislumbraba la simiente revolucionaria que surgía en 1910.
“Universidad está llamada a encargarse de la juventud y del hombre, la escuela primaria y la Normal” (Justo Sierra, Las escuelas Normales y la Universidad, 1911:323) lo anterior se comprende porque el maestro Justo Sierra es el gran ideológico de la UNAM, en ésta afirmación considero que sí debería la universidad de encargarse de las normales y las escuelas primarias, ya que como sabemos, en ésta institución se tratan de hacer hombres críticos, analíticos y capaces de resolver los problemas de la vida cotidiana, lo cual hace falta darle realce en a educación normal y por consecuente la primaria.
Encanto al maestro Leopoldo Zea, éste nos habla acerca del enfoque de la educación, en un supuesto plantea la importancia de la educación liberal desde la reforma, porfiriato y la revolución, destaca al liberalismo como precursor de la revolución. Como resultado de la revolución la función social que ha de cumplir el hombre nuevo ha de ser miembro de un pueblo, libre que juzga sus derechos y cumpla sus obligaciones como hombre honrado y virtuoso través del cual toda enseñanza, se transfiera a la sociedad, ya que la ignorancia obstaculiza el progreso.
CONCLUSIONES
El termino éste trabajo realizado con arduo labor he encontrado diversas conclusiones entra las que destacan que la historia de la educación no puede omitir etapas tan importantes como la reforma y el porfiriato.
La reforma y el porfiriato son las dos épocas históricas donde se gesta el actual modelo educativo que tiene profundas raíces liberales, teniendo como función de la educación el único camino a seguir para el asenso social de la superación y el progreso.
En lo que se refiere a recursos, la utilización de monitores en la escuela lancasteriana, fue muy oportuno ya que de eta manera se pudo extender la labor educativa docente.
Respecto a los contenidos cabe mencionar que es durante la época del porfiriato que el estado logra unificar los planes y programas de la educación básica y normal.
Por lo que respecta al pensamiento pedagógico mexicano, éste se fundamenta en el liberalismo nacido en la reforma con las ideas de I. Manuel Altamirano, la crítica social de Fernández de Lizardi y trasciende a los grandes educadores porfiristas Lucas Alamán, Justo Sierra, J. Baranda entre otros; el surgimiento de las escuelas normales en la republica mexicana durante el porfiriato hace que el pensamiento pedagógico mexicano se unifique y permita generar la semilla revolucionaria para 1910.
La profesión docente de estos tiempos se ve favorecida por la creación de las escuelas normales, así mismo es el momento histórico en que se gestan las primeras “Organizaciones sindicales” de maestros.
La extracción humilde de la mayoría de los maestros y su estrecha vinculación con su comunidad de trabajo, los coloca al frente de la lucha revolucionaria d e1910, en las filas de Carranza, Villa o Zapata.
Es papel del maestro hasta hoy en dio a estado estrechamente vinculado con las luchas de pueblo mexicano.


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